sábado, 6 de julio de 2013

La primera encíclica papal de Francisco


El documento se titula "Lumen Fidei" ( Luz de la Fé) que fue iniciado por Benedicto XVI donde el Papa propone la luchar contra las consecuencias del capitalismo salvaje y las “injusticias sociales”, en donde se advierte su estilo de contenido ratzingeriano como teólogo en cuánto alude a la relación de fé y verdad, y entre fé y razón. También escribió sobre dos virtudes teologales, la caridad y la esperanza y cerrar la trilogía con un documento sobre la virtud.

Jorge Bergoglio había anunciado que concluiría la encíclica que comenzó su predecesor, Benedicto XVI con motivo del Año de la Fé, y que aquél no pudo terminar, al renunciar el 28 de febrero pasado, expresó Lombardi, y la encíclica llevará la firma de Francisco cuándo dice: "Es urgente recuperar el carácter luminoso propio de la fe, pués cuándo su llama se apaga, todas las otras luces acaban languideciendo" y "La fé no es intransigente sino crece en la convivencia y respeta al otro" y en "Lugar de hacernos intolerantes, la seguridad de la fé nos pone en su camino y hace posible el testimonio y el diálogo con todos".
El papa argentino destacó que América latina ha trabajado y avanzado “mucho” para evitar las consecuencias sobre las “injusticias sociales”.
Francisco también hizo referencia a su viaje a la isla de Lampedusa, la más meridional de Italia, para reunirse con los indocumentados que llegan allí con el objetivo de entrar en Europa, y contó que la idea de trasladarse a la conocida como “Puerta de Europa” de los inmigrantes le surgió mientras rezaba.
Su presencia es una señal para demostrar que mientras en el Norte están los ricos que derrochan, en otra parte hay, un Sur que deja todo buscando la fortuna y muchas veces encuentra la muerte, dijo Alfred Xuereb, secretario del Pontífice ante un grupo de periodistas que reportearon la visita del primer ministro italiano, Enrico Letta, al jefe de la Iglesia.
“Luz de la Fé”, según anunció el vocero del vaticano Federico Lombardi, será divulgado como el
documento papal y presentado por el cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos; Gerhard Ludwig Muller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fé, y el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de La Nueva Evangelización.
El primer capítulo se titula "Hemos creído en el amor", y trata sobre la escucha de la llamada de Dios; el segundo "Si no creéis, no comprenderéis" y en el mismo el Papa demuestra la relación entre la fe y la verdad. El tercero se titula "Transmito lo que he recibido" y se centra en la nueva evangelización, ya que la encíclica se enmarca en el Año de la Fe, abierto por Benedicto XVI en octubre del año 2012 y que concluirá en noviembre del 2013. El cuarto capítulo, "Dios prepara una ciudad para ellos", se refiere a la relación entre la fe y el bien común.
"Por esta razón no debemos avergonzarnos de confesar públicamente a Dios, porque la fe ilumina la vida social", asegura y señala asimismo que la fé de hecho no es un presupuesto que hay que dar por descontado, "sino un don de Dios que debe ser alimentado y fortalecido".
Francisco recuerda que "el creyente no es arrogante", que "la fe no es una verdad que se impone con violencia" y que "no es un refugio para gente sin coraje, sino la dilatación de la vida, es una luz para la vida en sociedad".
"La fe no es algo privado, una concepción individualista, una opinión subjetiva", dice y añade que ilumina también las relaciones entre los hombres. "La fé está al servicio concreto de la justicia, del derecho y de la paz. Es un bien para todos, y es un bien común", agrega.
Juan Pablo II también publicó una denominada "Redemptor Homini" a tres meses del papado cuándo (fue elegido el 16 de octubre de 1978).
Otras santidades como Juan XXIII publicaron "Ad Petri Cathedra", el 29 de junio de 1959, en tanto que Pablo VI emitió su primera carta papal, "Ecclesian Sua", el 6 de agosto de 1964, catorce meses después de llegar al Sillón de Pedro.
En los últimos dos siglos  la Iglesia publicó muchas encíclicas para definir su posición sobre asuntos claves, denunciar errores, condenar tendencias como el ateísmo, la masonería y el modernismo, y el récord de escribir encíclicas lo tiene León XIII con 86 y su más famosa es de 1891 Año de "Rerum Novarum" donde denuncia las condiciones de trabajo inhumano de la clase obrera y le sigue Pío XII con 41 y Juan Pablo II con 14.
Al leer "Lumen Fidei" que constata que la fé ha terminado por estar asociada a la oscuridad y a la falta de luz todo se torna confuso y es imposible distinguir el bien del mal. La fé nos hace respetar a la naturaleza al reconocer en ella la gramática de Dios y la verdad del amor no se impone con la violencia, no aplasta a la persona.
"No nos dejemos robar la esperanza ni permitamos que se banalice, exhota el final de la encíclica al recordar que "la luz de la fé no nos lleve a olvidarnos de los sufrimientos del mundo " al citar los ejemplos de San Francisco de Asis y la Madre Teresa de Calcuta.

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