viernes, 25 de mayo de 2018

Las Invasiones Inglesas y la Revolución de Mayo de 1810



La Primera Invasión Inglesa se intentó en 1806, en la que las tropas británicas ocuparon la ciudad de Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata, y que fueron vencidas 46 días después por un ejército proveniente de Montevideo comandado por Santiago de Liniers, al que se sumaron milicias populares porteñas. Sobremonte quién viajaba a Buenos Aires con tropas desde Córdoba, recibió una comisión enviada a convencerlo de no entrar en la ciudad y éste proceso fue conocido como la Reconquista. Aceptó el virrey delegar el mando de las fuerzas de la capital en Liniers y el mando político de la ciudad en la Audiencia, trasladándose las tropas cordobesas a Montevideo.
El 10 de febrero, el Cabildo porteño en Junta de Guerra presionó a la Real Audiencia y decretó en un hecho sin precedentes, la destitución de Sobremonte, su detención, y la designación de Liniers en su lugar.


El 12 de agosto de 1806 se inició la Reconquista de Buenos Aires. Atacó la ciudad, venció a los ingleses y obligó a su gobernador Beresford a rendirse,acorralado por la multitud en el Fuerte. A primeras horas de la tarde entre acordes de las gaitas escocesas entregaron al Cabildo las armas y la bandera del regimiento 71. La defensa de Buenos Aires dejó un saldo de 49 muertos de las tropas inglesas y 58 de los defensores. Los rioplatenses se apoderaron de 26 cañones y de las banderas del regimiento 71.


Luego de la reconquista de Buenos Aires, Liniers fue considerado como un héroe por la población del Virreinato del Río de la Plata. Un cabildo abierto reemplazó a Sobremonte por Liniers como gobernador militar, y de hecho comenzó a administrar también en lo civil. El virrey, que no había sido depuesto, pasó a la Banda Oriental, y Sobremonte hizo una tentativa de refugiarse en Montevideo, pretendiendo asumir el mando de su defensa, frente a la amenaza persistente de la flota de guerra inglesa fondeada frente a la ciudad; pero también el Cabildo de Montevideo rehusó admitir 
su autoridad, comisionando una delegación para lograr que saliera de la ciudad.


Liniers envió a los prisioneros al interior, pero se conmovió de los lamentos de Beresford y firmó una capitulación honrosa con el jefe vencido.


La Segunda Invasión Inglesa de 1807 las tropas británicas, luego de tomar Montevideo, fueron rechazadas cuando intentaron ocupar Buenos Aires, por las fuerzas defensoras, que se componían de tropas regulares y de milicias urbanas con 2500 hombres, integradas por población que se había armado y organizado militarmente durante el curso de las invasiones; el proceso conocido como "la Defensa". El 10 de febrero, una junta de guerra ordenó la destitución del virrey y su detención bajo custodia. Designó a Liniers a cargo de las fuerzas militares y la Real Audiencia se hizo cargo del gobierno civil. Posteriormente, el 30 de junio, la Real Audiencia, dando cumplimiento a una orden real, invistió a Liniers como virrey interino por ser el oficial de mayor rango.
En julio desembarcaron más de 10.000 soldados ingleses en Quilmes y avanzaron sobre Buenos Aires. Liniers colocó una defensa sobre el Riachuelo, en una posición muy mala, pero los ingleses creyeron que era una trampa y lo esquivaron. El virrey se trasladó con parte de sus fuerzas a los Corrales de Miserere, donde fue fácilmente derrotado por la vanguardia del general inglés el 2 de julio en el "Combate de Miserere". Liniers ofreció capitular, pero la ciudad, dirigida por Martín de Álzaga, se negó y decidió resistir. Inesperadamente, Whitelocke le dió tres días de tranquilidad y se pudo organizar la resistencia. Liniers logró entrar en la capital y apoyó a Álzaga.


El ataque inglés del 5 de julio fue descoordinado, en columnas separadas y con orden de no disparar antes de llegar a la plaza central. En ésas condiciones, no tuvieron ninguna posibilidad y fueron abatidos en pocas horas.
Liniers exigió la rendición de los ingleses y Álzaga lo forzó a agregar la obligación de devolver también Montevideo. Se alcanzaron todos los objetivos exitosamente.
En agosto de 1808 recibió la visita de un enviado de Napoleón Bonaparte, el Marqués Claude-Henry-Étienne Bernard de Sassenay" que pretendía que el Virreinato reconociera a José Bonaparte como rey de España; Liniers lo recibió en público y rechazó todos los pedidos, pero días más tarde lo volvió a recibir en privado, lo que encendió los rumores de traición en su contra. A continuación se lanzó una proclama incitando al Virreinato a permanecer neutral en la Guerra de Independencia Española que acababa de estallar.


En Buenos Aires mucha gente estaba en contra de su gobierno, entre ellos el cabildo y Martín de Álzaga, que se manifestaron por la creación de una junta similar a la de España. La invasión de la metrópli lo convirtió en sospechoso de simpatizar con los enemigos de España, por ser francés: ¡Abajo el francés Liniers! era la principal manifestación de los juntistas.


Liniers sólo contaba con el apoyo de los regimientos de milicias de Buenos Aires, por lo que dió la primera prioridad a pagar sus sueldos con puntualidad. El 1 de enero de 1809 estalló la llamada asonada de Álzaga: el alcalde Martín de Álzaga y los miembros del Cabildo pretendieron deponer a Liniers, que accedió a presentar su renuncia, creyendo que el movimiento contaba con apoyo popular. Pero la intervención de Cornelio Saavedra —comandante de los Patricios— lo hizo cambiar de idea: varios de los regimientos españoles que habían apoyado el alzamiento fueron disueltos, y Álzaga fue desterrado a Carmen de Patagones.


Mientras se desarrollaban en la capital virreinal éstos sucesos, el 11 de febrero de 1809​ por Real Cédula se creó a favor de Santiago de Liniers el título de nobleza de "Conde" por su exitosa defensa de éstas tierras del rey de España, frente a los dos frustrados intentos llevados a cabo en las dos Invasiones Inglesas al Río de la Plata. El título nobiliario de Conde de Buenos Aires fue elegido por el francés Liniers a favor de su patria adoptiva.
El Cabildo de Buenos Aires se opuso, manifestando que tal título ofendía los privilegios de la ciudad. Sin embargo, su denominación duró muy poco tiempo, ya que el Condado de Buenos Aires fue reemplazado por el Condado de la Lealtad. Ello se debió en parte, a la protesta que efectuó el propio Cabildo de Buenos Aires.


El 26 de agosto de 1810, en el Monte de los Papagayos, cercano a la posta de Cabeza de Tigre, cerca de la actual Los Surgentes en el sudeste de Córdoba, Liniers fue fusilado junto con los demás jefes de la resistencia: Juan Gutiérrez de la Concha brigadier de la Armada; Victorino Rodríguez asesor; Santiago Allende coronel de milicias, y Joaquín Moreno oficial real. Sólo salvó su vida el obispo Orellana debido a su estado sacerdotal. El pelotón que arcabuceó a los contrarrevolucionarios fue dirigido por el coronel Domingo French.


La Casona de Martín Simón de Sarratea se la cedió en usufructo que era la casona paterna en el barrio de la Bajada de Dominicos que se llamó la "Casa de Liniers" y en ése lugar el general inglés William Beresford habría firmado los términos de capitulación antes de rendirse, en 1806.
La casa permaneció en manos de la familia Estrada quiénes eran parientes lejanos de la familia Liniers. Ángel Estrada fue fundador de una editorial cuya sede fue construida en un terreno adyacente, con frente sobre la calle Bolívar y en la actualidad la Casa de Liniers está fue reacondicionada para que allí funcione la Dirección de Patrimonio y el Instituto y Museo Histórico de Buenos Aires, se unifiquen archivos históricos y se instale un espacio dedicado a la Reconquista de Buenos Aires.




El museo conserva y expone vasijas,artesanías, porcelanas, trajes y utencillos de la época colonial





                                                             



La obra lleva adelante la historia de dos emblemáticas casas que se comunican por medio del pulmón de manzana: la Casa del Virrey Liniers y la Mansión e imprenta de "Don Ángel Estrada" desde 1878. 
La experiencia lleva a los espectadores a retroceder en el tiempo y descubrir los usos y costumbres en tiempos de la Colonia, participar de las Invasiones Inglesas, ser testigos de la rendición de Beresford ante el Virrey Liniers. 
A comienzos la Editorial Estrada puso en venta sus tres propiedades, con voluntad de que tuvieran utilidad pública, y la ofreció en venta al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.


La Revolución de Mayo de 1810 a 208 años es un hito histórico para la argentina. Fue un proceso de transformación político-social que derivó en la ruptura de los lazos coloniales con España y habilitó, a partir de ése momento el camino hacia la independencia definitiva de nuestro país, lograda el 9 de julio de 1816.
Los acontecimientos de la Semana de Mayo cristalizaron en un movimiento liberador que venía buscando desde 1806, en la Revolución Inglesa con una mayor participación política de los criollos.


Días antes de la revolución había llegado al puerto de Buenos Aires una fragata inglesa con la noticia de que la Junta de Sevilla había caído ante los franceses. En España la Junta había asumido con la autoridad política, desde que el rey Fernando VII había sido tomado prisionero por Napoleón y había sido obligado a abdicar. Ante ésta situación el entonces virrey del Río de la Plata Baltasar Hidalgo de Cisneros, realizó una proclama donde reafirmaba gobernar en nombre del rey Fernando VII. Esa noche un grupo de personas se reunió en la casa de Rodríguez Peña y decidió exigirle al virrey, la convocatoria a un Cabildo Abierto para tratar la situación. Ésta era una acción prevista en el derecho español de la época: cuándo el trono se encontraba vacante, la soberanía, es decir, la autoridad política volvía a ser tratada en el Cabildo.


Fue recién el 22 de mayo cuándo se realizó el Cabildo Abierto. Las opiniones sobre qué hacer eran muy diversas: el obispo de Buenos Aires, Benito Lué, sostuvo: “Mientras haya un español en América, a ése español los americanos debían obediencia”. Juan José Castelli, uno de los criollos que integraba el grupo de revolucionarios, respondió: “Las colonias pertenecen a la Corona y no a los españoles. Por lo tanto, estando el rey prisionero, la autoridad vuelve al pueblo y es éste qué por medio del voto, debe elegir al nuevo gobierno”.



-Al día siguiente, 23 de mayo, se realizó el recuento de los votos: el resultado fue que el Cabildo debía asumir el gobierno hasta la designación de una junta provisional. El 24 de mayo el Cabildo designó una junta de gobierno integrada por dos criollos y dos peninsulares y presidida por el virrey Cisneros, pero no fue aceptada y tuvieron que renunciar.






Finalmente el 25 de mayo se nombró a la Primera Junta de Gobierno, que tuvo como Presidente a Cornelio Saavedra, y como secretarios a Juan José Paso y Mariano Moreno. Así se conformó nuestro Primer Gobierno Patrio.


El Cabildo, ícono de éste acontecimiento histórico, fue cambiando a través de los años. Desde la antigua casita de gobierno de Juan de Garay, construida hacia 1580, hasta la imagen que hoy se erige frente a la Plaza de Mayo, pasó por múltiples transformaciones. Su cúpula ganó y perdió altura, se construyó una cárcel en la parte trasera, sus laterales fueron demolidos para el trazado de las actuales avenidas y, finalmente, fue recuperado el aspecto original de la fachada.




El espíritu de la Revolución era indomable para aquellos patriotas que integraban la Primera Junta con un amplia vocación de lealtad que dejan el legado, con Mariano Moreno....






El festejo aniverasial en 2018 se realizara con una presentación que reinterpretará en escena los hechos ocurridos en 1810.

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