domingo, 5 de septiembre de 2010

"Las comidas detestadas por los argentinos"



¿Cuál es la comida que menos te gusta?
"Cuando hay hambre no hay pan duro", así opinan los termas de los catering de la gastronomía eventera. Sin embargo, existen algunos platos que siempre están en el menú cotidiano de los argentinos y que, por algún motivo, nos parecen odiosos: envenenan nuestro aliento, nos caen pesados o, simplemente, nos enervan porque sí por no estar al sabor acostumbrado. En una reciente encuestra de finos reastaurants y algunos hoteles de los más estrellados, se consiguió confirmar lo intolerantes y caprichosos que somos ante ciertos platos de lo que resultó éste veredicto de los comensales: aquí están los diez platos que los argentinos menos soportan.
1. Mondongo
Quiénes detestan el mondongo suelen justificarlo con un argumento bastante asqueroso: "es como comerse una frazada hervida o un chicle con gusto a tripa". Tremendo palo para este plato que suele servirse guisado con papas, arroz, arvejas y porotos. ¿Qué es el mondongo? Son las partes del estómago de la vaca llamadas libro y cuajar. Esa es la explicación técnica. Para los que lo odian, es algo tan feo como tragarse una toalla caliente.
2. Hígado
A algunos se les hace agua la boca de sólo pensar en un higadito a la veneciana, bien encebollado. Pero a la mayoría de los argentinos ese platillo les da un asco casi visceral (justamente) y se ensañan sin piedad con su textura sedosa. Por más hierro que tenga y más médicos que recomienden su ingesta, el pueblo argentino le dice un NO rotundo a esta comida.
3. Coliflor y repollitos de Bruselas
Si existiera un "Dios del Gas", se lo podría invocar comiendo coliflor y repollitos de Bruselas, dos vegetales que jamás deberían ser incluidos en una cena romántica. Sin embargo, aquí les contamos un triqui para que el coliflor no traiga efectos colaterales gaseosos negativos: hay que ponerlo en agua fría, esperar que hierva y luego añadir nuevamente agua fría. Esa es la receta, pero no ponemos las manos en el fuego. 4. Queso roquefort El queso azul que busca imitar a al verdadero Roquefort (que sólo se elabora en Francia) es uno de los alimentos más aborrecidos por nuestros compatriotas. Sus enemigos no se andan con medias tintas y aseguran que es tan oloroso que convierte en "intocable" a quien lo ingiera. Los más intransigentes, inclusive se niegan a sentarse en una mesa en la que esté presente este queso. Aseguran que su olor apesta y arruina la velada.
5. Morcilla
Aquí se dividen las aguas, ya que en todo asado, "la negra" es tan amada como odiada. Al probarla -dicen varios- sienten que devoran un embutido de sangre coagulada y apelmazada. Y tienen toda la razón del mundo, porque la morcilla es ni más ni menos que eso, ya sea dulce o salada.
En Uruguay se la rellena con pasas de uva, maní, nueces y pedacitos de naranja. Pero los "anti-morcilleros" de alma no se dejan seducir por adornos y las desprecian por igual.
6. Polenta
Algunos la recordarán con cariño, como el plato de la infancia o el alimento "de batalla" durante la adolescencia. Otros la redescubrieron en los últimos años, cuando tuvo su revival en bodegones chic. Pero hay una gran mayoría que, simplemente, dirá que no tiene gusto a nada (¿qué esperaban de la harina de maíz?), que es insulsa y que tiene menos onda que Ricardo Montaner con sus zapatillas de tenis blancas o Ricardo Ford poniendo facha en alpargatas multicolor.
7. Chinchulines y riñones
"Largan una pastita horrible cuando los apretás", acusan los detractores del chinchulín (técnicamente, el intestino delgado de la vaca) que te engrasa. "A veces tienen gusto a pis", califican quiénes maldicen el riñón. Éstas dos achuras gozan de poca fama en los asados, por sus sabores invasivos y sus claras reminiscencias a las vísceras humanas. Pero más allá de las críticas, jamás dejan de venderse en las carnicerías y siguen firmes en los menús de las parrillas al paso y otros restaurantes en versiones gourmet y en todo asado campero nunca faltan (como los ya clásicos riñoncitos al verdeo).
8. Sushi
Para ser macho como Coco Silly, y formar parte de la troupe de neandertales cuarentones de Alejandro Fantino, hay que ser enemigo declarado del sushi. Esta comida de origen japonés cosecha antipatías por doquier, a pesar de considerarla VIP con argumentos machistas y recurrentes. "Es para las minas", o "para llenarme tengo que tragar como 50 pedacitos: para eso me lastro un buen bife de chorizo", predican algunos de los más energúmenos detractores del pescado crudo.
9. Ñoquis
Difícil creer que los ñoquis podían generar semejante malhumor cuando tienen su día 29 que los rememora. Será que recuerdan a los empleados públicos de la Municipalidad de antaño o que deprimen un poco porque se comen en familia, a fin de mes y siempre se arma lío en la mesa por la falta de cobro. Ahora nos venimos a enterar que era mentira eso de que a todo el mundo le gustan los clásicos ñoquis de papa.
Al parecer, tienen menos amigos que Lilita Carrió que los promociona.
10. Pescados en general
La sorpresa final es que el pescado, preparado en forma cruda, está en la lista de los alimentos más odiados pero que el seviche peruano safa. Tal vez sea el apego a las carnes rojas lo que genera el rechazo a las carnes blanca sin cocinar, pero entre todas se previlegia a la de pato y también al conejo. Lo cierto es que acá a nadie le importa que éstas criaturas marinas sean ricas en ácidos grasos Omega-3 ni que los esquimales, que se pasan la vida de filete en filete crudo, vivan mil años.
Al fin y al cabo, ¿quién quiere ser esquimal? Che ...¿Entonces cuál es la comida que más te gusta...?

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